Navegando por la supercarretera de la internet, encontré un texto que me inspiró a escribir y a hacer mi propia versión..
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Esta reflexión está titulada: “La justicia de los mediocres”
A veces nos preguntamos si la vida es justa, si tanto esfuerzo y sacrificio valen la pena. Si hacer la tarea y desvelarme, mientras otros, sin esfuerzo, obtienen mejor calificación.
Ningún país alcanza semejante injusticia de la noche a la mañana. Tampoco en tres, cuatro o seis años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina con los líderes. Hemos creado una cultura en la que los mediocres y flojos son los alumnos más populares en la escuela, en donde los maestros tradicionalistas y de edad son los únicos capaces aunque sus alumnos no aprendan, una cultura en donde los mediocres se escudan en su experiencia y en el temor de sus subordinados para ser ascendidos a directivos; un país en donde un futbolista sólo con primaria gana en un mes más que tu mamá y papá juntos a los largo de su vida. Estamos tan acostumbrados a nuestra injusticia que hemos terminado por aceptarla como “algo normal” en nuestra vida.
Somos un país en donde la creatividad e innovación es marginada y la independencia intelectual es castigada. Un país que ha hecho de la mediocridad un tipo de vida, por políticos que se insultan sin aportar una idea, por jefes y directores que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza por ser mejor.
Sólo quedan tres caminos: 1.- marcharse de este mundo y habitar en el cielo, 2.- dejar que la mediocridad coma mi cerebro y ser, por ejemplo, un jefe que sólo levanta actas para no evidenciar su incompetencia y falta de liderazgo; o la última 3.- Seguir luchando por defender nuestros derechos para seguir soñando, innovando y marcando el cambio.
Gracias…
