LOS CUENTOS A JUICIO



LA VERDAD DE CAPERUCITA: EL JUICIO

En la ultima reunión del Comité Internacional en Defensa del Lobo Feroz (C.I.D.L.F.), el profesor Waltz Freedman termino su alocución con estas estremecedoras palabras:




"Fue el Lobo Feroz el culpable o lo fue Caperucita"




Efectivamente la narración de Perrault se presta a muy diversas interpretaciones. No obstante, hay puntos de acuerdo que son indiscutibles y que pasamos a enumerar:



Caperucita sabia perfectamente que podía encontrarse con el Lobo Feroz.



Caperucita no era ajena al hambre del Lobo.



Si Caperucita hubiera ofrecido al Lobo la cesta de la merienda de su abuelita, muy probablemente no habría ocurrido lo que ocurrió.



El Lobo no ataca inmediatamente a Caperucita sino que al contrario, conversa con ella.



Es Caperucita quien da pistas al Lobo y le señala el camino de la casa de la abuelita.



La abuelita es idiota al confundir a su nieta con el Lobo.



Cuando Caperucita llega y el Lobo esta en la cama con la ropa de la abuelita, Caperucita no se alarma.



El hecho de que Caperucita confunda al Lobo con la abuelita, demuestra que la niña iba poquísimo a ver a su abuelita.



El Lobo con esas preguntas tan tontas y directas quiere alertar a Caperucita.



Cuando el Lobo, que ya no sabe que hacer, se come a Caperucita, es porque ya no le quedaba otra solución.



Es posible que antes de ello, en el bosque o en la cama, Caperucita hiciera el amor con el Lobo.



La version del cuento por la que Caperucita, cuando oye la pregunta del Lobo: "A donde vas Caperucita?" Y esta le responde "A lavarme el txitxi en el arroyo." Cobra cada día mas fuerza.



Es por tanto Caperucita y no el Lobo Feroz, la que provoca los instintos naturales de la pobre fiera. Primero los sexuales y posteriormente los depredadores.



También la madre de Caperucita tuvo mucha culpa al no acompañar a su hija.

Estos puntos son, en principio, claros y concisos. Los que se empeñan en desprestigiar al Lobo Feroz no se han parado a pensar en la posible manipulación que se ha hecho de su figura, su actividad y su reacción ante una provocadora profesional como era la facilota de Caperucita.



Esos argumentos no valen nada. Estos, si:




Caperucita Roja (versión del Lobo)



El bosque era mi hogar. Yo vivía allí y me gustaba mucho. Siempre trataba de mantenerlo ordenado y limpio.

Un día soleado, mientras estaba recogiendo las basuras dejadas por unos turistas sentí pasos. Me escondí detrás de un árbol y vi venir una niña vestida en una forma muy divertida: toda de rojo y su cabeza cubierta, como si no quisieran que la vean. Andaba feliz y comenzó a cortar las flores de nuestro bosque, sin pedir permiso a nadie, quizás ni se le ocurrió que estas flores no le pertenecían. Naturalmente, me puse a investigar. Le pregunte quien era, de donde venia, a donde iba, a lo que ella me contesto, cantando y bailando, que iba a casa de su abuelita con una canasta para el almuerzo.

Me pareció una persona honesta, pero estaba en mi bosque cortando flores. De repente, sin ningún remordimiento, mató a un mosquito que volaba libremente, pues también el bosque era para el. Así que decidí darle una lección y enseñarle lo serio que es meterse en el bosque sin anunciarse antes y comenzar a maltratar a sus habitantes.

La dejé seguir su camino y corrí a la casa de la abuelita. Cuando llegue me abrió la puerta una simpática viejecita, le expliqué la situación. Y ella estuvo de acuerdo en que su nieta merecía una lección. La abuelita aceptó permanecer fuera de la vista hasta que yo la llamara y se escondió debajo de la cama.

Cuando llegó la niña la invite a entrar al dormitorio donde yo estaba acostado vestido con la ropa de la abuelita. La niña llegó sonrojada, y me dijo algo desagradable acerca de mis grandes orejas. He sido insultado antes, así que traté de ser amable y le dije que mis grandes orejas eran par oírla mejor.

Ahora bien me agradaba la niña y traté de prestarle atención, pero ella hizo otra observación insultante acerca de mis ojos saltones. Ustedes comprenderán que empecé a sentirme enojado. La niña tenía bonita apariencia pero empezaba a serme antipática. Sin embargo pensé que debía poner la otra mejilla y le dije que mis ojos me ayudaban para verla mejor. Pero su siguiente insulto sí me encolerizo. Siempre he tenido problemas con mis grandes y feos dientes y esa niña hizo un comentario realmente grosero.

Se que debí haberme controlado pero salté de la cama y le gruñí, enseñándole toda mi dentadura y diciéndole que eran así de grande para comerla mejor. Ahora, piensen Uds.: ningún lobo puede comerse a una niña. Todo el mundo lo sabe. Pero esa niña empezó a correr por toda la habitación gritando y yo corría atrás de ella tratando de calmarla. Como tenía puesta la ropa de la abuelita y me molestaba para correr, me la quité pero fue mucho peor. La niña gritó aun más. De repente la puerta se abrió y apareció un leñador con un hacha enorme y afilada. Yo lo mire y comprendí que corría peligro así que salté por la ventana y escapé.

Me gustaría decirles que este es el final del cuento, pero desgraciadamente no es así. La abuelita jamás contó mi parte de la historia y no pasó mucho tiempo sin que se corriera la voz que yo era un lobo malo y peligroso. Todo el mundo comenzó a evitarme.

No se que le pasaría a esa niña antipática y vestida en forma tan rara, pero si les puedo decir que yo nunca pude contar mi versión. Ahora Ustedes ya lo saben.


ACTIVIDAD: APEGÁNDOSE A LAS REGLAS ESTABLECIDAD POR EL PROFE. ITZAÉ Y  UTILIZANDO SU NOMBRE  REAL Y GRUPO, ESCRIBAN UN COMENTARIO DE AL MENOS 8 RENGLONES SOBRE LO QUE LES PARECE ESTA VERSIÓN DEL CUENTO